
Niños jugando por el campo,
no veo el color que les adorna;
sólo veo a niños como mis niños,
que no saben de costas.
Su mar sólo tiene playas,
plagaditas de arena,
de dunas y de conchas,
sin barreras ni cadenas.
Los niños todos son niños;
andan averiguando el mundo,
intentando no quedarse mudos,
hablando con la vida alrededor.
Una lata es un santuario;
una piedra, una fortaleza;
para andar entretenidos,
no precisan de más tela.
Los niños todos son niños;
andan averiguando el mundo,
intentando no quedarse mudos,
hablando con la vida alrededor.
Ya vendrá después la mentira,
la condena de los cautos,
la invención de los miedosos;
dejadles ahora que jueguen en el campo.
(Diciembre 1996)
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